sábado, 19 de noviembre de 2011

El Banco de España, colaborador necesario y determinante de nuestra crisis

EL BANCO DE ESPAÑA, COLABORADOR NECESARIO Y DETERMINANTE EN NUESTRA CRISIS

I. En la primera página del diario “El Mundo” del pasado 21 de febrero se destacaba la siguiente noticia: “Los inspectores del Banco de España avisaron al Gobierno de la crisis en 2006”. En las interiores se reproducía el aviso que habían hecho llegar al Gobierno con fecha 26 de mayo del citado año, en el que ponían de manifiesto el riesgo acumulado por nuestras entidades financieras en el sector inmobiliario y el desmedido crecimiento de la financiación externa, pero el Vicepresidente Económico, D. Pedro Solbes --destinatario de la nota informativa-- no le dio importancia, ni tampoco los Gobernadores del Banco de España, D. Jaime Caruana (a punto de finalizar su mandato), ni D. Miguel Fernández Ordóñez, obediente a su partido.

Fuente: “El Mundo”, 21.02.11, página 45

Para el autor de este artículo ese aviso no era ninguna novedad, pues --como afirmaba en el artículo publicado en “El Correo Gallego”, el 29 de enero: “Stiglitz, Cajas e inseguridad jurídica”, en las “Memorias de Supervisión Bancaria”, de los años 2002 y 2003, publicadas por nuestro Banco Central en el primer semestre de cada unos de los años siguientes (2003 y 2004), ya se ponía de manifiesto: “Dado el mantenimiento de tasas muy elevadas de crecimiento del crédito hipotecario puede llegar a alterar las condiciones del equilibrio financiero estructural de la entidad, haciendo necesario el recurso creciente a emisiones de valores en los mercados y exponiendo a la entidad a los riesgos de las condiciones cambiantes (liquidez y precios)... los órganos de administración de cada entidad deben reflexionar sobre los mecanismo necesario para conocer la evolución de estos riesgos, controlarlos y limitarlos…” (Memoria 2003). El mismo periódico citado más arriba, le dedicó con fecha 21.05.2003, una de sus páginas de economía a la Supervisión Bancaria, con el siguiente título: “El Banco de España pide a bancos y cajas que concedan menos hipotecas”, haciendo un análisis de los datos contenidos en la “Memoria de Supervisión Bancaria” del año 2002.

Creo, y así lo he escrito, que el año 2004 fue el año decisivo para poner orden en la inversión bancaria, estableciendo límites sectoriales y reconduciendo nuestra economía para hacerla más diversificada (¿no se trataba de eso?), pero el Gobierno recién elegido en las urnas con la economía con viento en popa, no hizo nada (no hay más que constatar las inexistentes medidas económicas de ese año y los siguientes), confiando el Sr. Solbes exclusivamente en los “estabilizadores automáticos de la economía”, de los que tanto le gustaba hablar, y, posteriormente, negando la crisis más veces que las del personaje bíblico de su mismo nombre. (El Sr. Solbes también tiene en su debe la venta de oro del Banco de España, pero de eso seguramente escribiré en otro momento). Y los Gobernadores del Banco de España, tanto el Sr. Caruana (2000-2006), como su sucesor, el Sr. Fernández Ordóñez (desde Julio 2006), tampoco tomaron decisiones dentro de las facultades que tenían para poner orden en el sector financiero. Ignoro si hicieron llegar informes al Gobierno socialista sobre la situación. Fue la incomodidad de los Inspectores del Banco de España ante esta dejación de funciones de sus superiores, la que les llevó a publicar con fecha 19 de mayo del 2010, en el diario citado al principio, un artículo titulado: “Crisis, regulación y supervisión”, en el que entre otras cosas reclamaban un marco normativo de la Inspección del Banco de España y un estatuto de autoridad pública. Pero con anterioridad a esta denunciada situación de incomodidad, un Inspector del Banco de España, D. Fernando Martin, con valentía encomiable, publicó con fecha 20.11.08 un artículo en “ElConfidencial.com”, titulado “Las posibles causas de la crisis financiera”, en el que incidía en la inversión bancaria, las auditorías bancarias y el papel del colectivo inspector del Banco de España. En fechas posteriores, le dirigí una carta con mis opiniones y sugerencias, de la que recibí un amable acuse de recibo, que yo entendí.

II. Dentro del contexto general de la crisis financiera, los problemas actuales de las Cajas de Ahorro vienen derivados de la mala gestión realizada por sus dirigentes, pero no es menos cierto que, por razones electorales, el Banco de España perdió demasiado tiempo en llevar a cabo su saneamiento, además de modificar en el 2010, cuando la crisis de las entidades se hizo más aguda, las normas sobre la cobertura de las operaciones dudosas, recogidas en el Anexo IX, de la Circular 4/2004, pasando su amortización de los 24 meses iniciales a los 12 meses actuales, y modificando igualmente los plazos de aquellas operaciones con garantía real (inicialmente 6 años), con un mayor nivel de exigencias. Estas modificaciones, más convenientes en situaciones económicas normales --como preventivas— dado el crecimiento desmedido del crédito al sector inmobiliario/residencial, vinieron a empeorar la situación del sector financiero. Por otra parte, nuestro banco central alentó la venta por parte de las entidades financieras de edificios y oficinas en propiedad --que conformaban la estructura sólida de sus balances— y permitió en plena crisis la declaración de beneficios crecientes y de dudosa fiabilidad, cuando la exigencia de rigurosidad de los balances debiera primar sobre cualquier otra cuestión, pero también hay que decir que las cuentas anuales de todos estos años contaron con el plácet de las grandes firmas auditoras.

Publicado ya el RDL. 2/2011, de Reforzamiento del Sector Financiero, cuya versión original fue modificada a instancia de los nacionalistas catalanes de CiU cuando ya estaba en la Mesa del Consejo de Ministros, para introducir nuevas prebendas que benefician a las Cajas catalanas con dificultades --una vez más los nacionalistas catalanes, como otras ocasiones los vascos, sacando tajada de la debilidad del gobierno socialista, que nos venderán como una muestra de patriotismo constitucional-- y conocidos ya los datos de la ratio de capital de las entidades financieras, publicados por el Banco de España el pasado 10 de marzo, algunas de ellas, CAM, NOVACAIXAGALICIA, CAIXA CATALUÑA y UNNIM, parece que lo tendrán cada vez más difícil para mantenerse como tal, ante la imposibilidad de conseguir capital privado para cumplir el mínimo del 10% de core capital o capital básico, tras el fracaso de las gestiones realizadas con inversores, con lo cual se verán abocadas a convertirse en Bancos, con aportaciones mayoritarias del Banco de España.

Con esta política del Gobierno, contando con la obediencia sumisa del Banco de España, vamos hacia conglomerados financieros en los que van a confluir distintas culturas de empresa, excesos de plantillas, duplicidades de oficinas, etc., para más tarde estas nuevas entidades sean absorbidas por nuestros grandes bancos y grupos financieros extranjeros, en perjuicio de nuestros intereses como país. Pero detrás de esta transformación de cajas de ahorro en bancos, aunque haya neutralidad fiscal en la integración, también hay por parte del Gobierno un afán recaudatorio en el Impuesto de Sociedades y otros, que se pondrá de manifiesto cuando finalice todo el proceso y haya sólo un tipo de entidades, salvo algunas excepciones: bancos.

III. La Circular que regula la determinación y control de los recursos propios de la entidades financieras, es la número 3/2008, de 22 de mayo, de adaptación a las normas del Comité de Basilea de Supervisión Bancaria (conocido como Basilea II), y que consta de 183 páginas de normas técnicas. En mi humilde opinión, la aplicación práctica de las directivas emanadas del Basilea II, en cuanto a la gestión, medición del riesgo y cálculo de la pérdida esperada y no esperada, por parte de las entidades financieras, ha sido un fracaso. El resultado ha sido la crisis financiera actual. ¿Falta de supervisión o de cumplimiento de la regulación, o las dos cosas a la vez? ¿O interferencia política? Por lo que respecta a nuestro país, mi opinión es que fue esto último, ya que, como explico más adelante, el Banco de España tenía información exhaustiva para conocer la verdadera situación de cada entidad y del sistema en general. En un artículo que publiqué en “iberfinanzas.com” en noviembre de 2008, titulado “El Banco de España y la crisis financiera”, reproducía una frase del artículo publicado en la Revista de la Bolsa de Madrid, Octubre 2005, firmado por D. Jaime Caruana, a la sazón Gobernador del Banco de España, sobre las normas emanadas del Basilea II, que reproduzco a continuación, cuyo incumplimiento confirma lo que digo más arriba:

“Por tanto el banco, a la hora de tomar decisiones sobre riesgos, está utilizando esta metodología y esa información que, además, nos debe hacer llegar al supervisor. Y ahí está la labor del supervisor. Tiene que mirar cómo el banco valida, cómo está organizado, cuáles son los sistemas que emplea, en qué grado se involucran sus gestores y el consejo de administración, qué sistemas de “reporting” tiene, qué mecanismos mantiene para detectar y solucionar cualquier percance que pudiera darse. En definitiva es algo mucho más complejo y dinámico que el simple control de unas series de números.”

Pero no sólo el Banco de España disponía de información normalizada sobre la situación de cada una de las entidades financieras, también el Banco Central Europeo fue y es destinatario de una serie de estados informativos y estadísticos (entre ellos balances y cuenta de pérdidas y ganancias), denominados “UEM”, con datos de cada una de las entidades financieras españolas y extranjeras con sucursales en España, con periodicidad mensual o trimestral, según el tipo de información. Insisto, falta o fallos de supervisión y, consecuentemente, de toma decisiones. No hay que olvidar que las entidades financieras tienen dos características que las hacen especiales. Por un lado, los recursos que invierten, en un alto porcentaje, más del 90%, son fondos depositados propiedad de clientes en distintas fórmulas y, por otro, son empresas que no pueden administrar y gestionar los recursos invertidos, por eso es tan importante la supervisión del sistema bancario. ¿Estamos de acuerdo?

IV. Meses después de estallar la “crisis subprime” en Estados Unidos, transformada después en crisis financiera mundial --ahora crisis económica-- en los grandes centros de decisión (FMI, G-20, etc.), se estaba propiciando la limitación del tamaño de las entidades financieras, por aquello de que “una gran entidad no puede quebrar”, pero puede provocar una crisis nacional (Irlanda) y, si son varias, una crisis mundial (EE.UU). Parece que eso está olvidado, ya no es el problema. En el gráfico que figura a continuación, se puede observar el tamaño del sector bancario de varios países en relación con el PIB del año 2009, y la diferencia con Irlanda. Pensemos en nuestro país: el tamaño del balance consolidado del BSCH, es equivalente a nuestro PIB. Hago el comentario sólo a título de ejemplo, sin entrar en otras valoraciones. Siempre pensé y sigo pensando, que el tamaño del sistema financiero de un país debe estar acorde con el tamaño de su economía. El gráfico que reproducimos a continuación, es muy significativo y explica el problema del sistema bancario irlandés, pero también se puede observar el tamaño de nuestro sector bancario en comparación con el de otras economías nacionales más grandes que la nuestra.

Pero hay más, en una entrevista al Ex Primer Ministro Británico, Gordon Brown --que fue el primer mandatario europeo que tomó medidas drásticas para salvar el sistema bancario de su país-- realizada por los periodistas M.Evers y C. Pauly --muy interesante-- publicada por “El País” (27.02.11), habla de los análisis que se hicieron en el año 2007, a ambos lados del Atlántico, sobre lo que ocurriría en el caso de que se hundiera un único banco, pero no analizaron las interrelaciones dentro del sistema, llegando tarde a la conclusión de lo que pasa en un banco tiene repercusiones en muchos otros, de ahí la necesidad contar son un sistema de control financiero global. Y añade algunas afirmaciones, que he abreviado, tales como:

· Los riesgos hipotecarios de EE.UU. fueron los desencadenantes de la crisis.

· La mitad de los valores-basura generados se vendieron a bancos europeos.

· Los responsables de Lehman ocultaron su verdadera situación financiera. En su opinión, no se puede responsabilizar a un supervisor cuando un banco falsea sus balances.

· No tuvieron en cuenta las interdependencias entre las diversas instituciones financieras. Lo que pasa en un banco tiene repercusión en muchos otros.

· En algún momento, los gigantes financieros globales se han desvinculado de los principios que exigimos a otras instituciones (confianza, integridad, responsabilidad). Los banqueros se regían por otras normas.

A los que quieran profundizar en estos temas de supervisión y regulación del sistema bancario, les recomiendo que lean los trabajos publicados de D. José María Roldan, Director General de Regulación del Banco de España, entre otros, “Reflexiones sobre la crisis financiera en un entorno de crisis”, publicado en Enero/2009, que fue el encargado de explicar hace pocos días en la City londinense las medidas del Gobierno para el sistema financiero, y también los artículos publicados por D. Jaime Caruana desde que es Director General del Banco Internacional de Pagos (BIS), sobre la vigilancia del riesgo para el conjunto del sistema financiero y la puesta en práctica de un enfoque macroprudencial (sistema financiero en su conjunto), como respuesta a las crisis financieras (Agosto-Octubre 2009), o el Informe del FMI sobre la crisis económica y financiera, publicado en Enero/2011, especialmente las páginas 26 a 29, inclusive, sobre las carencias y omisiones de los informes técnicos. Ellos, entre otros muchos, son algunos de los grandes “gurús” de las crisis, a posteriori, porque lo cierto es que cuando se estaba formando eso que se llamó la tormenta perfecta, no se enteraron de nada.

Pero hay otro extenso informe conocido como “ Inquiry Report. Comisión Phil Angelides” de EE.UU., publicado el pasado mes de Enero, Comisión Oficial para conocer las causas económicas y financieras de la crisis, que llega a las siguientes conclusiones:

1. La crisis económica fue evitable.

2. El fracaso de la supervisión y regulación financiera tuvieron efectos devastadores en los mercados financieros de la nación.

3. El fracaso de los gobiernos corporativos y la administración de riesgos en las más importantes instituciones financieras, fueron la causa crucial de la crisis.

4. El gobierno de EE.UU. no estaba preparado para la crisis y sus inconsistentes respuestas acrecentaron la incertidumbre y el pánico de los mercados financieros.

5. Hubo una falla sistémica en la responsabilidad y la ética.

6. Las normas de préstamos hipotecarios y su aseguramiento, fueron los conductores y la llama de contagio de la crisis.

7. Las operaciones con derivados, contratados en mercados no regulados (over-the-counter), contribuyeron significativamente a la crisis.

8. El fracaso de las agencia de calificación crediticia (rating agencies) fueron engranajes esenciales en la rueda de la destrucción financiera.

Hecho de menos en las conclusiones de este informe una referencia crítica al papel desempeñado por las firmas de auditorías de cuentas y a las sociedades tasadores de inmuebles, que también contribuyeron a la generación de la crisis y sus consecuencias.

V. Pero volviendo a nuestro país, y como información final, el Banco de España recibe mensualmente de las entidades financieras, toda la documentación contable (balances y cuenta de resultados, en distintas versiones), además distintos estados informativos, en plazos regulados, a los que me he referido anteriormente, que le permiten conocer la situación de cada entidad, además de las inspecciones “in situ”, para reforzar su conocimiento y actuar en consecuencia en caso de desviaciones de distinta gravedad. Además de la información anterior, el Banco de España cuenta con un instrumento destinado al control de los diversos riesgos concedidos por las entidades financieras, la conocida CIRBE (emanada de la Central de Información de Riesgos del Banco de España), desarrollada por la Circular 3/1995, y modificada por varias circulares posteriores, que es elaborada mediante las declaraciones mensuales de las propias entidades, en la que se detallan de forma exhaustiva y nominativa los riesgos concedidos y posiciones actuales de todo el sistema bancario, de forma global y a nivel riesgo-cliente. Documento informativo excepcional.

Vuelvo a insistir: el Banco de España pudo evitar nuestra crisis bancaria o, al menos, reducir sus efectos nocivos, que nos hubiera permitido enfrentarnos a la crisis económica mundial, derivada de la crisis financiera, en unas condiciones de fortaleza que hubieran disminuido sus efectos negativos sobre nuestra economía. Pero el Sr. Fernández Ordóñez, como hizo antes su antecesor, prefirió ignorar los informes de sus inspectores. Imperó la política sobre la supervisión bancaria. Tanto es así, que en la conferencia pronunciada por el Sr. Fernández Ordóñez, con fecha 13 de diciembre de 2010, en la Asociación de Mercados Financieros, titulada: “La crisis y los mercados financieros”, justifica la actuación del Banco de España en los años anteriores a la crisis financiera. Pero la irresponsabilidad del actual Gobernador el Banco de España va más allá. En un reciente encuentro financiero celebrado el pasado día 5 en Madrid, reprochó a los políticos (Gobiernos) como culpables de la situación de las Cajas de Ahorros, al no haber hecho en su momento las reformas necesarias, descargando, al mismo tiempo las culpas a su antecesor, D. Jaime Caruana, nombrado por el Gobierno del Partido Popular en el año 2000, creo que con el consenso del Partido Socialista. El Sr. Fernández Ordóñez es el mismo que a finales del 2007 escondía la crisis –si es que se enteró de su existencia-- para favorecer electoralmente al partido al que pertenece. Tendría que dimitir de su cargo, pero cuenta con la ventaja de que el Partido Popular, por responsabilidad, no puede pedir su dimisión, para no complicar la situación de España en los mercados internacionales. También el Subgobernador tiene su responsabilidad, ya que antes de acceder al cargo fue el Director General de Supervisión (Inspección de entidades financieras) de nuestro banco central. Su antecesor, D. José Viñals, abandonó el Banco de España antes de terminar su mandato, eludiendo su responsabilidad, para refugiarse en el Fondo Monetario Internacional.

No obstante, como quiero ser justo, quiero reproducir aquí una frase del Profesor Torrero Mañas, que contiene un artículo sobre Greenspan, publicado en el año 2005, sobre la conducta de los bancos centrales en presencia de burbujas o desórdenes financieros, y pregunta:

“¿Quién se atreve a parar una burbuja y se arriesga a pasar a la historia como alguien que en previsión de un problema, que quizá se produzca en el incierto futuro, genera una depresión económica ahora? ¿Debe tener en cuenta un banco central la evolución de los mercados bursátiles?”.

Aun así, sería deseable de que en nuestro país se abriera una investigación --como la llevada a cabo en EE.UU., comentada más arriba-- para poner de manifiesto las causas que originaron nuestra propia crisis --sobre la cual vengo publicando trabajos desde principios de 2008 (véase, “Entidades financieras y crisis hipotecaria”, publicado en “GEES.es”, 10.01.08)-- y la responsabilidad de nuestro banco central y la de los ejecutivos de nuestras entidades financieras, así como la actuación en sus respectivos ámbitos de las sociedades auditoras y tasadoras. Pero como esto no va a suceder, que cada uno valore la actuación de nuestros responsables políticos, económicos y financieros en esta crisis ya económica, y les aplique las indulgencias o penitencias teóricas que considere necesario, ya que las materiales no se harán efectivas.

Para terminar, una recomendación dedicada a los banqueros, que no es mía, sino de Hug McCulloch, en aquel entonces, diciembre de 1863, Interventor de la Moneda, y más tarde Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, contenida en sus “Recomendaciones a los banqueros de 1863”, que sin duda conocerá el Ex Primer Ministro inglés, Gordon Brown:

Persiga un negocio bancario directo, honesto y legítimo. No deje que la perspectiva de grandes beneficios le tiente a hacer nada que no esté permitido por la Ley de Moneda Nacional; los espléndidos financieros, en el mundo de la banca, son generalmente o farsantes o truhanes.”

Pues eso. La honestidad, la legalidad y la discreción son valores que aprendí en la empresa en la que trabajé varias décadas, valores siempre apreciados por los clientes, los de ayer, los de hoy, y, sin duda, los de mañana.

José Gómez Blanco. Analista Financiero (IEAF). Ex Directivo bancario.

Santiago, 15.04.2011.

No hay comentarios: