jueves, 31 de mayo de 2012

ANATOMÍA BANCARIA Y CRISIS ECONÓMICA. II PARTE

ANATOMÍA BANC ARIA Y CRISIS ECONÓMICA (II)

1. Introducción

Un reciente artículo de D. Javier Gómez de Liaño --“Los trapos sucios de Bankia y otro más”—publicado en El Mundo, 24.05.2012, me animó a escribir la segunda parte del artículo de este mismo título, ya publicado (Fundación Civil, 21.05), para añadir algunos comentarios sobre lo que dice el ex Magistrado e incidir en el tema de “Bankia” y nuestro sistema financiero.

Creo que la reforma de nuestro sistema bancario se llevó mal desde un principio, al tomar decisiones y trasladarlas al BOE sin conocer la verdadera situación de nuestras Cajas de Ahorro y algunos Bancos. El veredicto de la señora Salgado, Vicepresidenta Económica, ayudada por el Sr. Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España, fue la desaparición de las entidades de ahorro. Un problema de gestión y otro jurídico (la Ley de Cajas de Ahorro de 1985 (LORCA) y la composición de los Consejos de Administración), derivó en la supresión de este tipo de instituciones, sin haber profundizado en soluciones alternativas. Estaba decidido: nuestras grandes entidades serían las favorecidas de esta liquidación, a precios de saldo. Otro error más, como explicaré más adelante.

A raíz del problema suscitado por la fusión de la Caja de Ahorros de Galicia y Nova Caixa Galicia, en unos artículos publicados en “El Correo Gallego”, propuse --dado los problemas de financiación de este tipo de entidades-- que se reconvirtieran en sociedades comanditarias por acciones (Ley de Sociedades de Capital), modificando la ley del mismo nombre para adaptarla a las necesidades del nuevo tipo de instituciones. De esa manera, el capital estaría repartido entre los socios colectivos (Fundación-Obra Social) y los nuevos accionistas, propietarios de acciones nominativas que cotizarían en Bolsa, como lo permite la mencionada Ley. Habría que definir que proporción de capital societario tendrían los accionistas y los socios colectivos (Fundación), además de la composición del Consejo de Administración, desprovisto de políticos, sindicalistas e incompetentes. De esta forma, este tipo de sociedades podrían acudir al Mercado de Capitales para financiarse, abandonando las cuotas participativas, obligaciones preferentes, etc., que tanto problema han generado. La idea no fue recogida por nadie, aunque, además de publicarla, la hice llegar a un destacado miembro del Parlamento gallego y la trasladé como sugerencia al propio Banco de España. Pero ya era tarde: las Cajas de Ahorro y su Obra Social estaban condenadas a su desaparición.

Con el nuevo Gobierno pasa algo parecido. Se está legislando sin conocer a fondo el problema de cada una de las entidades financieras, al mismo tiempo que se ha desacreditado al Banco de España. Su Gobernador, un incompetente, lo tiene bien merecido. Sobre ello tengo publicado un trabajo, titulado: “El Banco de España, colaborador necesario y determinante en nuestra crisis”, que se puede obtener en la Red y en mi blog (afonsodelaxes.blogspot.com), lo cual me libera de extenderme en este tema. Pero ha sucedido otra cosa más grave, se ha desacreditado a los órganos supervisores de nuestro Banco Central, que sí --estoy seguro-- conocen bien la situación de cada entidad financiera. Si algo se les puede achacar a los Inspectores del Banco de España, es que guardaran silencio sobre una situación tan grave para nuestro país (acabo de leer que su Asociación le ha dirigido recientemente una carta al Sr. Rajoy). Demasiado tarde, ya que ahora vendrán sociedades auditoras extranjeras para decirnos cómo está cada una de nuestras instituciones financieras. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice D. Mario Conde en su articulo del 12.05, “No se ha realizado una verdadera reforma del sistema financiero”, publicado en la Web de Fundación Civil. Lamentable decisión la de este Gobierno. Sólo añadir un pequeño comentario sobre las sociedades inmobiliarias que se van a crear para absorber los inmuebles adjudicados por las entidades financieras (banco malo). En estas operaciones de trasvase inmobiliario, ¿se va aplicar de forma estricta el “valor razonable” definido por las normas contables NIC/NIIF, o se va a echar mano de la “contabilidad creativa”?

2. Supervisión del Banco de España

La Circular 4/2004 del Banco de España, definida como “circular contable”, regula de forma exhaustiva y precisa nuestro sistema financiero. Se trata de un documento de más de 500 páginas con sus anexos, complicado de leer y entender para no especialistas. Esta Circular fue modificada en varias ocasiones, entre ellas, para adaptarla a las NIC/NIIF y a las directivas europeas. La documentación que las entidades financieras tienen que enviar en plazos regulados al Banco de España --incluidos los Balances de Situación y Cuentas de Resultados, tanto la públicos como la reservados, y los desgloses en anexos definidos, son suficientes para conocer la verdadera situación de las entidades, que posteriormente son verificadas “in situ” por los Inspectores del Banco de España. Cada año, nuestro Banco Central publica una “Memoria de Supervisión Bancaria”, en la que figuran estadísticas de las actuaciones supervisoras, escritos dirigidos a las entidades supervisadas y los expedientes sancionadores iniciados por el supervisor, etc. El cuadro que aquí no se puede ver, pero si en la Web, detalla las actuaciones inspectoras del Banco de España in situ, correspondiente al ejercicio 2010, desglosado por tipo de entidades.

Por otra parte, las entidades financieras están obligadas a remitir mensualmente los riesgos, de todo tipo, asumidos con sus clientes, superiores a 6.000 euros. Este documento excepcional, elaborado por el Banco de España, conocido como la CIRBE (información regulada por la Circular 3/1995, actualizada) sirve para tener un profundo conocimiento de los riesgos bancarios, desglosados de forma nominal y sectorial, concentración de riesgos, etc., que debía haber servido, ya en el año 2004, para evitar la concentración de riesgo sectorial, como vengo proponiendo desde hace años, lo que hubiera evitado la crisis económica que estamos padeciendo o, al menos, disminuir de forma importante sus efectos nocivos sobre nuestro tejido económico y social.

3. “Bankia” versus “Banesto”.

En esta sucesión de acontecimientos, llama la atención el distinto tratamiento que con Gobiernos socialistas y Gobernadores del Banco de España elegidos por el mismo Partido, han tenido en las crisis de las dos entidades. Si mal no recuerdo, en “Banesto” el “agujero” fabricado en el año 1993 para separar a su Presidente y cúpula directiva de la entidad, fue de 500.000 millones de pesetas (equivalentes nominalmente a 3.000 millones de euros), que no tiene comparación con los recursos públicos inyectados a las Cajas de Ahorro con dificultades, empezando por la primera de ellas, “Castilla-La Mancha”, y terminando por “Bankia” que, además de la cantidad inicial (4.465 millones de euros), necesita según su Presidente, el recién elegido, Sr. Goirigolzarri, 19.000 millones más, con lo cual la cifra de irá a 23.465 millones de euros. ¿Saben cuánto es en pesetas? Ni más ni menos que 3.904.247.490.000 pesetas, es decir, casi 4 billones de pesetas. ¡Casi nada! En el primer caso, como consecuencia de dos pagos de la entidad, una donación a un Partido político y el pago de una comisión para conseguir en el Ministerio de Economía y Hacienda (Sr. Solchaga) beneficios fiscales para separar su gran grupo industrial (el mayor de Europa) del Banco, a un coste razonable, finalizó con la condena penal de su Presidente y otros miembros de la cúpula directiva, aunque finalmente se clarificara el verdadero destino de los fondos librados a una cuenta en Suiza. El pago al partido político fue penalizado sólo en este caso, no sé si por deficiencias de instrumentación o por agregar más causa judicial, cuando todo el mundo sabe que las entidades financieras vienen desde hace años condonando operaciones de préstamo a partidos políticos, mediante su contabilización --cuando llegan a incumplimiento o vencimiento-- primero como operaciones morosas y, posteriormente, como fallidas, sin que medie reclamación previa. Según parece, el Banco de España le viene negando esta información al Tribunal de Cuentas, con lo cual no hay clarificación ni exigencia de responsabilidades. En el caso de “Bankia” parece que no existe voluntad por parte del Gobierno de investigar el “agujero” creado, ni tampoco de exigir responsabilidades a sus administradores, ni tan siquiera la constitución de una comisión investigadora en el Parlamento español. En vez de hacer un conglomerado financiero en torno a Caja de Madrid, mediante la fusión con entidades con graves problemas y pérdidas, debió tratarse una a una y, según la situación, actuar en consecuencia, evitando el descrédito internacional. Para tener una idea de lo que piensan de nuestro país fuera de nuestra fronteras, recomiendo la lectura del magnífico artículo del Profesor de Recursos Humanos de la Universidad de Alcalá de Henares, D. Ignacio García de Leániz, “No podemos mirarles a los ojos”, publicado en este mismo mes en “El Mundo”, que se puede obtener en la Red.

Tiene razón el ex. Magistrado, citado al principio, cuando afirma en su artículo: “Quienes gestionaron mal y por tal ha de entenderse la administración desleal, el falseamiento de cuentas, la adopción de acuerdos abusivos, la obstaculación de actividades inspectoras o supervisoras, la disposición fraudulenta de bienes o la asunción de obligaciones de las que se hayan derivado perjuicios notables y evaluables a sus socios y depositarios, deben responder por ello.” Con un lenguaje más jurídico y concreto, como no podía ser de otra manera, el Sr. Gómez de Liaño, coincide en lo fundamental con lo expuesto por mí en el primer artículo sobre este tema.

4. Las grandes entidades financieras y el riesgo sistémico.

Como consecuencia del derribo --de eso se trata-- de una parte importante de nuestro sistema financiero --error que pagaremos en el futuro-- se va a una concentración de riesgos y recursos en unas pocas entidades financieras, mediante la decisión unilateral o subasta por parte del Banco de España, a precios de saldo o pura cesión sin contrapartida, además de ayudas públicas del FROB a la sociedad absorbente. Resultado de ello es la concentración bancaria en cinco grandes grupos por orden descendente de activos: BFA (Bankia), Caixa Bank-Banca Cívica, Santander (Banesto), Popular-Pastor y BBVA-Unnim. Pero falta por repartir el resto de la “tarta bancaria”, que sin duda beneficiará a los tres primeros grupos. Pero esta formación de conglomerados financieros tiene algunos aspectos o consecuencias negativas, no excluyentes:

· Integración en la entidad absorbente de personal formado con otros principios y prácticas diferentes. La formación, el enfoque del trabajo, la actitud ante los clientes no es la misma en un banco que en una caja de ahorros.

· La necesaria reducción de la plantilla resultante, en la que los sindicatos tratarán de que se realice por edades, sin tener en cuenta para nada la experiencia y el conocimiento de los seleccionados. Sin duda, serán expulsados de las plantillas personal que se debería conservar. No es un problema de edad, sino de pura competencia profesional.

· La reestructuración e integración de personal, métodos operativos, filosofía comercial, etc. , serán problemas añadidos y llevará años antes de que se consiga el funcionamiento de forma unitaria.

· La integración del todo el sistema financiero español, concentrándolo en unas pocas entidades, pero de mayor tamaño, reducirá la competencia comercial del sistema financiero, tendiendo hacia una práctica semimonopolística, con efectos negativos para los depositarios de fondos y para usuarios o demandadores de financiación y servicios: empresas y particulares.

Pero hay otro problema que no se debe pasar por alto. A mayor tamaño de las entidades resultantes, mayor riesgo sistémico. Cuando en el año 2008 se puso de manifiesto la “crisis subprime” en EE.UU., después transformada en crisis financiera mundial, para terminar en una crisis económica, en las primeras reuniones del G-20, FMI y otras instituciones europeas y mundiales, se llegó a la conclusión del peligro que podrían transmitir las grandes entidades financieras en crisis y sus efectos sobre la economía real, propiciando medidas para reducir el tamaño de los conglomerados financieros a nivel mundial. Transcurridos unos pocos años desde el inicio de la crisis ya nadie habla del riesgo sistémico y, si se hace, es en los ámbitos teóricos y académicos. En una conferencia pronunciada en Madrid en noviembre del año 2006, precisamente por el dimitido Presidente de “Bankia”, D. Rodrigo Rato, en aquellas fechas Director General del FMI, habló de los enfoques de la supervisión microprudencial (inspección de las entidades financieras) y macroprudencial (supervisión en conjunto del sistema financiero en función del riesgo sistémico), y decía:

“Si bien este enfoque microprudencial es importante, las autoridades también deberían pensar más en limitar la posibilidad de que las dificultades financieras a nivel sistémico afecten negativamente a la macroeconomía, o viceversa, que la evolución macroeconómica cree dificultades en el sistema financiero. Dicho en otras palabras, el enfoque macroprudencial se centra en la relación entre el sistema financiero y la economía en general. El objetivo final es evitar que las dificultades financieras repercutan negativamente en el producto. El análisis macroprudencial complementa estrechamente y refuerza las señales de alerta temprana y otros instrumentos analíticos para realizar un seguimiento de los factores de vulnerabilidad y evitar las crisis financieras.”

Pues nosotros con la reforma financiera vamos en sentido contrario. Entidades más grandes y, por tanto, mayor riesgo para nuestra economía y menos competencia. Un ejemplo es el Banco Santander: el tamaño de su balance consolidado es similar a nuestro PIB. “Bankia”, si se consolida su situación, su balance nacional es superior al equivalente del Banco Santander.

Para terminar, quiero hacer una referencia al discurso pronunciado por D. Mariano Rajoy en el Congreso del Partido Popular en Sevilla, semanas antes de las Elecciones Generales, en la que salió elegido candidato a la Presidencia del Gobierno. Dijo --la frase no es textual-- “que él no le debía nada a nadie, que su elección se la debía únicamente a los compromisarios que estaban representando allí a todo el Partido Popular”. Si es así, no se entiende algunas decisiones de su Gobierno, alguno de cuyos miembros ya ha anunciado, refiriéndose precisamente a nuestro sistema financiero (Bankia), que no perderá el tiempo investigando y volviendo la vista atrás, sino resolver los problemas existentes. No estoy de acuerdo.

Como “Bankia” es noticias todos los días, ahora han entrado en escena los Inspectores del Banco de España, que se han dirigido por carta al Presidente del Gobierno. Según dicen, el Ministro de Economía, Sr. De Guindos, no ha querido recibirles. Su interlocutor en el Banco de España es el Subgobernador, Sr. Aríztegui --antes de serlo fue Director General de Supervisión Bancaria— y supongo que fue premiado por su de discreción. Hace mal nuestro Ministro desconociendo “que para saber cómo va la empresa hay que hablar con los que barren la fábrica”. Los que tienes al lado o no te dirán la verdad cuando hay problemas, para no asumir responsabilidades, o no se habrán enterado de lo que está sucediendo. La frase entrecomillada no es de ningún “krugman” americano. Es mía. Los verdaderos profesionales entenderán lo que quiero decir.

José Gómez Blanco Santiago, 27.05.2012

Analista Financiero (IEAF). Ex.directivo bancario.

Publicado en “diarioliberal.com”

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